Lagartija Aurelio, colibrí Zephyr y Selene – un #cuento cósmico

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En un valle mágico de un verde profundo en una tierra lejana, frente a una montaña sagrada, una vez hubo una sencilla cabaña de madera que había estado abandonada durante mucho tiempo. Un día un alma sabia pasó por el camino y se alegró al ver la cabaña abandonada. Abrió con cuidado la chirriante puerta de madera y miró a su alrededor. Aquí se podía sentir una paz profunda y como si el lugar hubiera estado esperando visitas, todo lo que necesitaba estaba allí. Ella puso sus pertenencias en un rincón y se alegró de que no faltara nada para sentirse cómoda. El techo estaba cubierto de juncos y alrededor de la cabaña crecían hermosas encinas, que la recibieron con un susurro de hojas cuando llegó. Devolviendo el saludo a los seres, le dice su nombre: Selene. Había un banco frente a la cabaña y se sentó. Escuchó un chapoteo cerca. Siguió el sonido plateado del agua por un sendero bordeado de antiguos helechos que le llegaban hasta la cabeza. La luz apenas lograba penetrar entre la densa vegetación. Cuando llegó al arroyo, saludó a los espíritus del agua y bebió su agua cristalina. Los seres del agua también le susurraron una cálida bienvenida. Ella enfrió sus pies doloridos por la larga caminata en el arroyo y entró en contacto con su corriente respiratoria. La clarividencia había sido creciendo durante muchos años. Agradecimiento profundo llenó su corazón y Selene lo comparte con su entorno y sintió la estructura energética como una sensación de hormigueo que fluía por todo su cuerpo. Pura piel de gallina. Finalmente un lugar para quedarse. Hacía mucho tiempo que se había retirado del mundo para estar en el silencio y la belleza de la naturaleza. Ahora sentía que estaba en el lugar indicado para profundizar su práctica mística.
De vuelta en la cabaña de madera oyó un chirrido bajo las tablas. Mientras miraba, vio una lagartija que brillaba en amarillo, verde y azul. Se miraron a los ojos y dentro de ella escuchó su nombre. Aurelio. Selene se sintió como si estuviera en el paraíso al ver esta extraordinaria criatura y por una fracción de segundo otro mundo deslumbrante empapado de color apareció en su mente. Este tranquilo sentimiento dentro de ella de que no era de este planeta, sino de otra galaxia, se hizo más presente.
Todos los días se sentaba en una roca a la orilla del arroyo cristalino para mirar hacia su interior. Aurelio, que ahora se había convertido en su fiel compañero, corría junto a ella entre la maleza para cazar.
Mientras estaba perdida en una profunda meditación, un brillante colibrí verde esmeralda se posó en una rama cerca de ella. En su mundo interior ve cómo el denso follaje de las encinas se aclara y los arbustos de flores y flor en flor rodean su cabaña. Un zumbido la saca de su profunda inmersión. Selene mira a su alrededor y se encuentra en medio de un opulento mar de flores. Sin palabras y profundamente conmovida, ve al magnífico colibrí revoloteando con gracia en el aire. Aterriza junto a ella sobre una nube de flores rosas.
Selene siente que sus ejercicios diarios de #conciencia y el cultivo del jardín interior de su alma la han transportado a otra línea de tiempo. Pero una cosa es creerlo y otra experimentarlo realmente.

El ave del paraíso le guiña un ojo y chirría su nombre: Zephyr. Selene siente una oleada de felicidad al ver su extraordinaria belleza.
Todo estaba a sólo un pensamiento de distancia.
Ha aprendido a través de muchas pruebas a confiar completamente en su intuición y sabe que todas sus percepciones son correctas, sin embargo, le tomó muchos años terrestres creer en sí misma. Ahora sabe que todo lo que alguna vez creyó posible es real.

Es hora de seguir volando, les chirría Zephyr a los dos. Invita a Selene y Aurelio a unirse a él. No dudan ni un segundo, a pesar de que Selene pensó que se quedaría más tiempo en este mágico lugar. Pero los trastornos se producen de forma muy dinámica e inesperada. Una de las habilidades de los sirios es el abandono espontáneo. Están todos listos. Este pensamiento hace que a ambos les crezcan alas. Selene, como nacida de las estrellas, activa su don de teletransportación. El viaje mental de Aurelio hacia las lagartijas voladores activa los genes de sus alas latentes.
Los tres compañeros extienden sus alas físicas y mentales y se elevan por los aires. El mundo de los vientos, la libertad ilimitada y la despreocupación llena a los tres, se sonríen y conocen su eterna conexión #espiritual desde tiempos inmemoriales.

La estimulante vibración de los compañeros crea mares de flores por dentro y por fuera. Zephyr sonríe al ver esto, porque él también ha estado esperando ansiosamente este momento de su vida. Finalmente unidos en espíritu con personas de ideas afines, reconociendo que son esencialmente manifestaciones energéticas de una fuente única.

Un día, mientras todos descansan en la orilla de un tranquilo lago de color azul profundo, miran su reflejo en el agua y sonríen. Experimentan su viaje simbólicamente para todos los seres. Este es exactamente el momento en el que los compañeros sienten cómo sus vibraciones aumentan muchas veces la armonía y la conexión.
Mientras tanto, ha caído la noche y los compañeros miran hacia el gigantesco cielo estrellado. Una onda de éxtasis emana de los tres, irradiando hacia la inmensidad del cosmos. De repente, un cometa con una larga cola atraviesa el cielo nocturno cristalino de esta tierra lejana.
Zephyr, Aurelio y Selene están abrumados por el resplandor de la Luz Única, posible gracias a una profunda unidad espiritual. Las dimensiones se desdibujan en el infinito del universo: toda separación queda abolida en La Luz.
Y así, los tres compañeros viajan juntos en la conciencia de la eternidad a través de las infinitas extensiones del cosmos para inspirar a seres como tú.

****Este cuento nació en Tierra Chilena. Agradecimiento profundo a Alfredo Merino quién hizo posible esa experiencia única y transformadora frente al Mauco en Raíces Chilenas***

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