ist mein Lebensmotto als 66iger Jahrgang mit Pluto/Uranus auf dem Aszendenten. Dank vieler dunkler Nächte der Seele, wie es die Mystiker so trefflich nennen, brennt die Sehnsucht nach Kosmischem Bewusstsein – dem OM, wie eine ewige Fackel in mir.
Über dreißig Jahre war ich eine Sucherin nach Heilung meines Seelen-LEIDES gefangen in der Hoffnungsschleife und oft am Abgrund stehend. Es gibt wohl kaum etwas, was ich nicht ausprobiert habe. Die Astrosophie als Teilbereich der hermetischen Philosophie hat mir ein tiefes Verständnis für meinen „Wahnsinn“ geschenkt. Dennoch blieb die Frage, wie kanalisiere ich diesen plutonischen Tanz auf dem Vulkan und finde einen Ausdruck für das Uranische, ohne immer wieder völlig abzustürzen.
Ein bedeutender Wendepunkt ist die Begegnung mit den Fellwesen, den NATURBUDDHAS, wie ich sie nenne. Sie geben mir einen Sinn in Phasen tiefster Existenzkrisen und sind ein Pfad zurück ins Leben. Durch sie lerne ich wieder Kind sein: spielen und mich an den kleinsten Naturerscheinungen erfreuen wie dem Zauber von Regentropfen. Ihre bedingungslose Liebe zu fühlen, ist der Schlüssel zum Glück für mich.
Nach all den Jahren der Odysee fühle und erkenne ich die „Logik“ meiner Seelenreise: Leid ist SEELENKOMPOST = Dünger für meinen Seelengarten. Leid ist ein Seelen-Schatz, der mich inspiriert weiter auf dem mystischen Pfad zu bleiben. Thich Nhat Hanh schreibt: no mud – no lotos, ohne Schlamm – kein Lotus. Das verändert meine Sichtweise auf LEID grundsätzlich!
Die Naturbuddhas haben mich ihre Botschaften aufschreiben lassen und das schöpferische Tätigsein mit Wörtern, Farbtönen, Klangwolken mit Harfe & Hang haben einen Platz in meinem Leben bekommen.
Nach 17 Jahren haben „meine“ Fellwesen die Ebene gewechselt, sie sind jetzt mein Geistiges Team. Ein neues Kapitel beginnt, nachdem ich den Schock der immensen „physischen“ Leere verdaut habe, den sie hinterließen. Es war eine tiefe Bindung und emotionale Abhängigkeit, die sich mit der Zeit wandelte. Ihre Transition hat mich die Anhaftung erkennen lassen und mich „befreit“. Dieser Prozess war die Vorbedingung für die grundsätzliche Entscheidung zur täglichen mystischen Praxis der Innenschau! Das Einsinken in meinen Seelengrund, in die göttliche LIEBE, die „ich“ bin – und die Ewigkeit, die ich zwischen zwei Atemzügen erspüre.
Mögen ihre Lebensweisheiten tiefe Freude in dein Leben bringen und dich erINNern, dass du LIEBE bist.
In kosmischer ALL-Verbundenheit, Iris M. Hesse
**** ESPANOL******
„Como el fénix resurgiendo desde la ceniza“ es el lema de mi vida siendo de la generación del 66 con Plutón/Urano en el ascendente. Gracias a muchas noches oscuras del alma, como tan acertadamente la llaman los místicos, el anhelo de la Conciencia Cósmica – el OM, arde dentro de mí como una antorcha eterna.
Durante más de treinta años fui una buscadora de la curación del DOLOR de mi alma, atrapado en el círculo de la esperanza y, a menudo, al borde del abismo. Casi no hay nada que no haya probado. La astrosofía como rama de la filosofía hermética me dio una comprensión profunda de mi „locura“. Sin embargo, persistía la pregunta: ¿cómo puedo canalizar esta danza plutónica en el volcán y encontrar una expresión para el uranio sin que me estrelle repetidamente?
Un punto de inflexión significativo es el encuentro con las criaturas peludas, los BUDAS NATURALES, como yo los llamo. Me dan sentido en fases de las crisis existenciales más profundas y son un camino de regreso a la vida. A través de ellos aprendo a volver a ser niña: a jugar y disfrutar de los más pequeños fenómenos naturales como la magia de las gotas de lluvia. Sentir su amor incondicional es la clave de la felicidad para mí.
Después de todos estos años de odisea, siento y reconozco la “lógica” del viaje de mi alma: el sufrimiento es ABONO DEL ALMA = fertilizante para el jardín de mi alma. El sufrimiento es un tesoro del alma que me inspira a continuar en el camino místico. Thich Nhat Hanh escribe: no mud – no lotos – sin barro, no hay loto. ¡Esto cambia fundamentalmente mi perspectiva sobre el sufrimiento!
Los Budas Naturales me impulsaron a anotar sus mensajes y la actividad creativa con palabras, colores, nubes de sonido con arpa y hang han encontrado un lugar en mi vida.
Después de 17 años mis compañeros de piel han dejado esta dimensión, ahora son mi equipo espiritual. Un nuevo capítulo comienza después de digerir el impacto del inmenso vacío „físico“ que dejaron atrás. Fue un vínculo profundo y una dependencia emocional que cambió con el tiempo. Su transición me hizo reconocer el apego y me “liberó”. ¡Este proceso fue el requisito previo para la decisión fundamental de participar en la práctica mística diaria de la introspección! El hundimiento en lo más profundo de mi alma, en el AMOR divino que „yo“ soy – y la eternidad que siento entre dos respiraciones.
Que su sabiduría traiga una profunda alegría a tu vida y te recuerde que eres AMOR.
En profunda consciencia cósmica, desde mi corazón,
Iris Margarete Hesse