Lilia, la Libélula azul

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Érase una vez, en una cálida tarde de verano, una libélula azul navegando por los prados circundantes de un arroyo. Sus delicadas alas la llevan por un camino que nunca antes había explorado. Allí da vueltas en su vuelo hasta que al cabo de un rato llega un ser humano llamado Margarete. La libélula la reconoce y vuela a su lado para acompañarla hasta un antiguo arco cubierto de innumerables escaramujos de color rosa. Margarete abre la puerta de hierro y entra en un jardín encantado cuya belleza la deja sin aliento. Flores coloridas de todos los colores imaginables florecen profusamente, las mariposas zumban a su alrededor, el aire se llena con el aroma de antiguas variedades de rosas inglesas. Margarete se da cuenta que tiene una mágica compañera alada. Parece que conoce el camino a través del jardín y por eso la sigue, porque sus cinco guías espirituales siempre encuentran la manera de enviarle mensajes.
Frente a ella hay un pequeño estanque con nenúfares rosados ​​y blancos que florecen en las orillas. Margarete se sienta en un banco de mármol y profundiza aún más en esta mágica realidad. La delicada libélula azul flota con gracia sobre el agua y baila alrededor de otras libélulas. Sus alas brillan en diferentes tonos metálicos de azul y verde a la luz del sol.

Un milagro azul, piensa Margarete y siente la vibración ligera y maravillosa de estos dragones primigenios que admira. De repente Margarete oye una voz tranquila y melódica. Al principio sospecha que el viento le habla, pero es la libélula.
Libélula: „Bienvenida, Margarete. No estás aquí por casualidad. Ya era hora de que encontraras el jardín de tu alma“.
Margarete: „Gracias querida, como conozco a mis cinco guías espirituales, te enviaron a mí“.
La brillante libélula azul verdosa vuela más cerca y se posa en el brazo extendido de Margarete.
Libélula: „Sí, así es. Mi nombre es Lilia“.
Desde que Margarete abandonó el continente encantado del hemisferio sur y regresó a Eldoria, un velo plomizo de tristeza ha caído sobre ella. Apenas logra motivarse para hacer algo, pero más disfruta del encuentro con la libélula Lilia: símbolo de nuevos comienzos y transformación. Lilia extiende sus alas y un suave viento acaricia la piel de Margarete mientras comienza a hablar.
Lilia: „Como ser eterno, te encarnas en diferentes lugares que te ayudan a encontrar el camino de regreso a la esencia. En este hemisferio de Eldoria, extremadamente orientado materialmente, la separación entre espíritu y materia es muy pronunciada. Así es como sucede que te sientas cada vez más atraído hacia el vórtice de la polaridad gris, rodeado de personas que han perdido la conexión con su fuente original. Creen en la mortalidad de su ser. Esta frecuencia se ve reforzada por la cualidad actual del tiempo.“
Margarete se siente abrumada por una ola de calma mientras sigue a Lilia. La libélula la lleva a la orilla de un pequeño río que brilla y serpentea por el jardín paradisíaco.
Lilia: “Siéntate en el pasto y escucha el agua con toda tu atención”.
Las ondas del agua corren por sus venas como una melodía pacífica y ella se convierte en el elemento agua.
Lilia: „Margarete, el agua es como la vida. Surge de un manantial y encuentra su camino de regreso al océano, un ciclo sin fin“.
Margarete asiente pensativamente y percibe los miedos de los eldorianos, que son como una ola que ha olvidado que pertenece al mar y tiene miedo de las mareas. A veces ella es arrancada de esta estructura energética. Gracias a Lilia recuerda lo esencial. Soy conciencia pura y experimento la vida a través de este cuerpo, estas palabras las escucha en su cabeza. Lilia aterriza en una hoja y mira a Margarete con sus grandes y brillantes ojos compuestos.
Lilia: „Como libélula, veo el mundo desde el aire, el panorama general y al mismo tiempo los detalles más pequeños, así que imagínate que te crecen alas“.
Margarete cierra los ojos y se imagina en el cuerpo de una libélula. Visualización y concentración. Sólo ahora comprende el significado más profundo de los ejercicios espirituales. Ella imagina intensamente la sensación de volar y se convierte en libélula. Respira profundamente y siente que su perspectiva comienza a cambiar lentamente. Flota sobre el río, ligera y libre, sumergiéndose en un mundo de colores y formas. Siente que un profundo silencio se extiende en su interior. La certeza de venir del mundo espiritual y estar anclado allí.
Lilia: „Cada vez que te pierdas en una visión demasiado bidimensional, recuerda esta visualización. Eres consciencia pura y tienes la tarea de alinear tu mente constantemente a través de la respiración, mantras, cambios de perspectiva.“
Margarete abre los ojos y sonríe. Mantenerse enfocado en la Luz Eterna dentro de ella todo el día es un gran desafío. La mente de mono siempre está activa. Sin embargo, también se vuelve más fácil gracias a la repetición y la calidad del tiempo actual.
Margarete: „Gracias, Lilia. Es un regalo estar en contacto contigo“.
Lilia: „Siempre que necesites apoyo, nosotros los #budasnaturales estamos a tu lado“.
Margarete sigue a su amiga libélula Lilia por la orilla del río. Una brillante mariposa violeta se posa en su mano y una vibora serpentea en el agua frente a ella. Embajadores de Trans-FORM-ación, donde mire Margarete.
Lilia, la libélula azul, baila exuberantemente bajo el sol con sus amigas y se despide.

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