El gran amor – un mito persistente

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“El gran amor“ es un tema sobre el cual se han escrito sinnúmero de libros, millones de canciones y conmueve a cualquier edad.

El anhelo de encontrar esa persona–alma gemela y por fin llegar al puerto de la felicidad es inmenso. En ese estado de anhelo interior y de búsqueda te encuentras en „eterna espera“; entre la esperanza de encontrarlo y la angustia de que no exista.
¿Qué pasaría si te quedarás sola para siempre?
¿Se hunde el mundo? ¿O te dejaste vencer?

Ese estado de creencia amorosa, es una forma de pensamiento mitíca-arcaica que sigue viviendo en nosotros con su magia y atracción.

¿Qué significa estar „enamorado“ ?

Más allá de la tormenta de hormonas -que se une con los deseos arcaicos del cerebro reptil de la propia manada (reproducción), y que va mano a mano con la angustia del ser original de estar solo (expulsión de la manada que implica la muerte), cada tanto una chispa en el alma nos ilumina por dentro cuando vemos al „otro“.

Según cuánto te has ocupado de ti mismo, , la influencia hormonal disminuye y te puedes dedicar al tesoro que implica el amado: Conocimiento de ti mismo sin límites, punto de partida perfecto para cualquier relación.
Pero, ¿quién tiene tanto valor de enfrentarse al vacío, el odio, el celos y la sensación de que no tenemos tierra bajo los pies?
¿Quién está realmente dispuesto a saborear la soledad sin tener que ocuparse de los mecanismos de la cotidianeidad?.

Verte con ternura y mirarte cómo estás tratando de poner un parche sobre tu vacío interior, precisa de gran valor y tenacidad, porque ese hoyo energético desea ser llenado con algo y alguien constantemente.

Guarda un momento silencio y si quieres toma contacto con tu respiración. Observa simplemente ese mecanismo inconsciente de la respiración, el aliento entra y sale. Quizás puedas experimentar silencio y relajación ¿o experimentas desasosiego? Sea como sea… intenta aceptarte sin juicio – solo observar y sentir. Quizás puedas sonreírte y tratar de aceptar ese estado tal como es.

El amor aparece como el último bastión del hombre posmoderno donde uno puede encontrar la felicidad y magia, como sustitución de la religión; la profusión de canciones y novelas de amor son una hipnosis de masas.

La pareja es sobre todo una terapia voluntaria temporal, pero en la mayoría de los casos se convierte en el portón hacía el infierno por expectativas erróneas y por las proyecciones interminables.

¿De dónde surge la creencia amorosa?
La creencia en que la felicidad se pueda encontrar afuera está basada en una religión monoteísta mal interpretada, que une la felicidad eterna con un dios que en el cielo nos está observando.

El escritor mexicano Octavio Paz explica en su excelente ensayo “La llama doble” las razones culturales de estar fijados en la pareja: „Nuestra concepción del amor occidental se parece más a de la de los árabes y persas que de los hindués y del Lejano Oriente y eso no es extraño – que los dos derivados de dos religiones monoteístas que comparten la creencia en un alma personal y eterno« (Bibliothek Suhrkamp, pag. 102)

El aspecto mítico de nuestro ser se refleja en el deseo ardiente de nuestra alma de sentirse uno consigo mismo y con todo y de experimentar el amor incondicional. Para Friedrich Weinreb, cabalista y escritor alemán, el motor de nuestro ser es el anhelo de unirse con la fuente universal, pero muchos se quedan en el nivel terrestre, material. Por el transfondo cultural un Otro puede cumplir con ese papel, pero ese anhelo de escapar del vacío interior, es la razón de la búsqueda.

Te invito a viajar hacia tu interior.

¿Percibes en tu alma el anhelo de sentirte uno contigo mismo?
¿Qué existe más allá de la pareja a tu lado?
¿Crees que un ser mortal pueda satisfacer ese anhelo original? ¿Existe el amor incondicional o es una pretensión exagerada?

Quien ha experimentado personalmente a maestros espirituales -canales de esa energía universal que suele llamarse “amor”- ha sentido que es una fuente de paz interior y de «amor incondicional» que está más allá de las definiciones, una sensación inexplicable.

El anhelo de la unidad y el deseo original de sentirse aceptado y amado tal cual uno es, constituye el motivo de seguir en el modo búsqueda: sea por el “otro” o por las experiencias de culminación en deportes extremos o en seminarios de autoexperiencia espiritual.

Deepak Chopra escribe en „El secreto de la vida“ que el cerebro es capaz de digerir amor, duelo, éxtasis (en ciertas regiones) y que eso se puede medir, ¿pero dónde se puede localizar el ser humano y su conciencia? Es un descubrimiento conmovedor porque si su ser verdadero no está en su cabeza Usted está tan libre como la conciencia y esa libertad es sin límites.“ (S. 81)

Ese descubrimiento neurológico es tan revolucionario que tendríamos que preguntarnos: ¿qué es la realidad?

¿Existe fuera de nuestras predisposiciones mentales, nuestros patrones de pensamiento?
¿Entonces puede existir el amor fuera de nuestro ser?

Tenemos que confiar cuando amamos, tal como cuando creemos, más allá de „pruebas“ y experimentos científicos. Si entras en contacto con tu ser interior, con la fuente de tu existencia que puedes sentir cuando respiras profundamente, vas a experimentar más allá de palabras el camino hacia ti mismo. Y aceptarse como uno es necesario para aceptar al otro como es.

Apreciado lector: espero sus comentarios con mucho placer y le deseo mucho valor en ese camino de descubrimiento de sí mismo.

Iris

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