Florezco en la orilla de un lago pintoresco. Mi existencia entre agua, tierra y aire es especial, te recuerda este lugar eterno e indestructible dentro de ti en la isla de tu corazón. Allí vivo en el estanque verde y te espero.
Profundamente arraigado en el suelo fangoso, florezco de nuevo cada año en la tierra y te doy la esperanza de renacer en el ahora. Este es el silencio entre dos respiraciones, en medio de las cuales resplandezco un delicado rosa.
Con cada respiración podrás observar las tormentas de tu vida desde el tranquilo centro. Ahora.
Mi ser flor despliega sus hojas en la isla de tu corazón: inhala y exhala. El aliento es el barco que te lleva de regreso a mí en la isla de los nenúfares. Suave y seguro.
Cualquier cosa que te mueva, te preocupe y te angustia, regresa a la isla de tu corazón. Allí siempre estarás a salvo. Nadie puede ir allí excepto tú.
Tus pensamientos del pasado y del futuro son vientos tormentosos que agitan la superficie de tu estanque. No tienen ningún significado en la tranquila isla de los nenúfares en el centro de tu corazón.
Florezco con cada respiración consciente, el ancla en la tormenta diaria de la vida es tu respiración, te lleva de regreso a tu isla de nenúfares.
Un lugar protegido y apacible.
Todo gran cambio que deseas desesperadamente comienza con la primera respiración consciente.
Tira el ancla de tu aliento. En el silencio del momento nace lo nuevo.
Respiración a respiración.
Eres el nenúfar de tu corazón.